jueves, 25 de febrero de 2010

Informe de lectura del texto de Sergio Rodríguez: Hay goces y goces.



Goce y placer, son dos conceptos muy importantes para el psicoanálisis, desde el planteamiento por Jaques Lacan. El placer es la menor excitación, lo que hace desaparecer la tensión, mientras que el goce es más fuerte y más amplio, el goce comienza cuando inicia a aparecer dolor; el goce es siempre del orden de la tensión, del forzamiento, mientras que en el placer no se fuerza. Me parece importante mencionar, que por el hecho de que el goce se experimente cuando surge el dolor, no quiere decir que siempre aparezca sufrimiento, eso sería unas pocas veces.
Lacan planteo tres tipos de goces.
El goce fálico, que es lo que es fundamentalmente el Goce, este goce fálico está limitado por el signifícate, es decir que está relacionado con este y por esto, con el establecimiento de una realidad.
El goce del otro, Lacan dice que no hay acceso al goce del otro, el goce es de sí mismo, del propio cuerpo; de lo que pasa con el otro, uno solo hace son suposiciones o interpretaciones. Lacan desarrolla este goce, como fantasma neurótico.
El otro goce o goce femenino, este no es limitado por el significante. En la posición histérica las mujeres gozan de su cuerpo como falo, o no van mas allá del goce de su clítoris, mas cuando salen de esta posición, llegan a ser accesibles a un goce que abarca todo su cuerpo; un goce que no pueden trasmitir ni expresar en palabras.

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